El joven de palabra fácil y de callar decidido.
Unos labios que se
mueven sin parar, hablando y hablando un secreto esconden. Dicen todo menos lo
que no decir pueden.
Se defienden con
mordacidad, locuacidad y con honor, no emiten mentira alguna y no muestran
miedo.
Las palabras brotan
inteligentes y rotundas e inundan el espacio con respeto y admiración.
Nadie sabe que esa
boca calla una verdad. Su dueño es buen actor y meticuloso con su
decir. No alza la voz pero con su mirada intimida a quien a su alrededor
encuentra.
Su gesto sereno y apacible
invita a una compañía agradable.
Uno más para el resto
es un neón para su observadora, que busca pasión en su mirada y una sonrisa
sincera a la que besar.
El misterioso secreto
del que solo él tiene consciencia, es deseoso de ser compartido con alguien.
Su
observadora está cerca, pero ella no conversa, solo mira. Se pierde en sus
ojos, se muere por hundir los dedos entre su pelo y respira esperanzada de que
esos labios pronuncien su nombre.
Él por inseguro, ella
por cobarde, ninguno de los dos se acercó al otro, mas el secreto del joven de
palabra fácil y de callar decidido era que gustaba un mundo de su observadora,
a la que nunca se acercó por timidez.
Así pues, la
observadora fue observada y el observado fue observador pero de tanto observar se
les pasó el tiempo y el amor murió antes de nacer.
<< Y porque vivir es un riesgo y
amar no tiene seguros, busca a la persona de quien gustes y bésala con
pasión. Después de todo, la mejor forma de amar es con un beso >>
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