sábado, 7 de diciembre de 2013

El  joven de palabra fácil y de callar decidido.


 Unos labios que se mueven sin parar, hablando y hablando un secreto esconden. Dicen todo menos lo que no decir pueden.



Se defienden con mordacidad, locuacidad y con honor, no emiten mentira alguna y no muestran miedo.



Las palabras brotan inteligentes y rotundas e inundan el espacio con respeto y admiración.



Nadie sabe que esa boca calla una verdad. Su dueño es buen actor y meticuloso con su decir. No alza la voz pero con su mirada intimida a quien a su alrededor encuentra.

Su gesto sereno y apacible invita a una compañía agradable.



Uno más para el resto es un neón para su observadora, que busca pasión en su mirada y una sonrisa sincera a la que besar.



El misterioso secreto del que solo él tiene consciencia, es deseoso de ser compartido con alguien. 
Su observadora está cerca, pero ella no conversa, solo mira. Se pierde en sus ojos, se muere por hundir los dedos entre su pelo y respira esperanzada de que esos labios pronuncien su nombre.



Él por inseguro, ella por cobarde, ninguno de los dos se acercó al otro, mas el secreto del joven de palabra fácil y de callar decidido era que gustaba un mundo de su observadora, a la que nunca se acercó por timidez.

Así pues, la observadora fue observada y el observado fue observador pero de tanto observar se les pasó el tiempo y  el amor murió antes  de nacer.



<< Y porque vivir es  un riesgo y  amar no tiene seguros, busca a la persona de quien gustes y bésala con pasión. Después de todo, la mejor forma de amar es con un beso >>

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